Si vives solo, el almacenamiento te será relativamente fácil. En el día a día no usarás productos con gluten, así que puedes distribuir la comida en los armarios y en la nevera como más te apetezca. Como si te vuelves loco y la mantequilla la quieres guardar en el cajón de la fruta y las masas de pizza en la puerta de la nevera. ¡Un desmadre en toda regla!
Si tienes producto con y sin gluten, almacénalos por separado.
Eso sí. Si esperas gente en casa, y vas a ofrecer productos con gluten, almacénalos en un armario diferente, y déjalos claramente marcados y herméticos en la nevera.